Los militares estadounidenses no sólo han diseñado varios sistemas para la detección de objetos provenientes del espacio exterior, sino también han diseñado varios elementos de
Ya no es cosa de rebuscar libros y revistas olvidadas para encontrar evidencia de los encuentros armados entre los ejércitos del mundo y lo desconocido. Dichos casos siguen siendo una constante en nuestros días sin que el público general se entere. En la noche del 23 de febrero de
La fuerza aérea australiana informó que cuatro objetos cuya descripción coincidía con la del "ruidoso" de Collaroy habían sido detectados horas antes el mismo día sobre la ciudad de Darwin, en el extremo norte del continente australiano. La detección de los mismos produjo el scramble de cinco cazarreactores de
El informe de la fuerza aérea australiana indicó que uno de los cuatro intrusos llegó a volar lado a lado con uno de los interceptores, avanzando al mismo ritmo -detalle sumamente desconcertador para el piloto- antes de "saltar" sobre el avión para ocupar su retaguardia. Fue entonces que se produjo el momento más estremecedor del encuentro entre los aparatos bélicos de nuestro mundo y los extraños objetos voladores: uno de los interceptores disparó una ráfaga de balas contra uno de los OVNI sin producir ningún daño aparentes. La persecución OVNI continuó en dirección hacia el sur, pero los aviones de guerra se vieron obligados a desviarse hacia la base aérea Richmond para repostar combustible. Horas más tarde, los vecinos de Collaroy presenciarían la llegada del objeto ruidoso.
Al día siguiente, aparatos de la fuerza aérea y marina australianas sobrevolaron Collaroy repetidamente; un enorme avión de carga voló a una velocidad y altura considerablemente bajas sobre la región con sus compuertas de carga abiertas, como tratando de localizar algo.
Los investigadores Bill Chalker y Peter Khoury no tardaron en desplazarse hasta Collaroy para confirmar los hechos y entrevistar a los testigos. Se produjo la curiosa casualidad de que el lugar en el que se desvaneció el OVNI ruidoso -sitio conocido como Elanora Heights- tenía fama de ser un sitio preferido por los objetos extraños para aparecerse y desaparecerse. Los habitantes de la zona habían dado parte a las autoridades a mediados de los '90 sobre "explosiones de luz" y objetos brillantes que se materializaban allí antes de desplazarse vertiginosamente hacia el oeste o el norte.
Chalker y Khoury descubrieron que los vecinos de Elanora Heights habían sufrido experiencias sumamente raras por causa de este punto de materialización y desmaterialización: en una ocasión se produjo una "onda" que hizo parecer que toda la tierra hacia el noroeste se ondulaba como si fuese agua. Dos vecinos cuya casa se encontraba sobre un acantilado se vieron "proyectados" unos
Otro caso nos lleva al 20 de julio de 1975, el comandante William B. Royce realizaba vuelos de entrenamiento con un estudiante a bordo de un T-37 sobre la base aérea Williams de la fuerza aérea estadounidense en el desierto de Mojave, cerca de la población de Chandler. Royce se encontraba enfrascado en la tarea de enseñarle a su pupilo cómo alinear el morro del avión con la pista de aterrizaje a cinco millas de distancia, cuando un objeto color anaranjado rojizo apareció de la nada y pasó de largo al T-37. El estudiante se quejó de la falta de cortesía del otro piloto, pero Royce tomó los mandos de T-37 y ejecutó una veloz evasiva, advirtiendo a su estudiante: "No es uno de los nuestros".
El comandante tomó la decisión repentina de perseguir el objeto, a pesar de que su avión de entrenamiento carecía de armas. Revisando el reloj de combustible, el comandante decidió que sería posible alcanzar al intruso sin problemas. Al alcanzar unos cuatro mil pies de distancia de su objetivo, a una velocidad de
Justo cuando Royce pensó en acercarse más al objeto, el ovni ascendió repentinamente, aumentando la distancia que lo separaba del avión de entrenamiento.
El comandante y su estudiante regresaron a la base Williams, prefiriendo no comentar sobre su encuentro. Posteriormente, Royce le diría al escritor Rufus Drake: "Sé de un piloto que alcanzó a volar lado a lado con un OVNI y llegó a detectar ventanillas en el objeto... algunos de los muchachos piensan que estos intrusos provienen del espacio exterior, sin duda".
Algunos años antes, Carol Johnson, vecina de Tucson, Arizona (EUA), supuestamente presenció la persecución de un OVNI por interceptores Grumman A-7 provenientes de la base aérea Davis-Monthan. El evento, ocurrido en Febrero de 1972, se produjo sobre los cielos de Tucson; Johnson pudo ver la formación de tres interceptores acercándose al objeto desconocido, un ovni de dimensiones enormes. Justo antes de que los interceptores alcanzasen su objetivo, el OVNI desapareció por completo, como si jamás hubiese estado. La señora Johnson afirmó que los interceptores realizaron una serie de maniobras de búsqueda, pensando que el objeto desconocido pudo haber aterrizado repentinamente. Según el investigador Kevin Randle, afiliado en aquel momento al célebre grupo de investigación APRO, los radaristas de la base Davis-Monthan habían captado el objeto en sus radares, y también existía la posibilidad de que las ametralladoras fotográficas hubiesen captado la desaparición del gigantesco objeto. Treinta años después, el silencio de
Meses después de este sobrecogedor caso , en diciembre de 1972, el capitán Richard Bowers tendría su propia experiencia con lo desconocido mientras que volaba su interceptor F-100 Super Sabre a
Al mirar hacia atrás, Bowers pudo ver un resplandor rojizo. Inclinando su cazarreactor lateralmente al virar hacia la derecha, el piloto de
El OVNI se cansó de aquel juego de "gato y ratón" y se alejó vertiginosamente. Con sus reservas de combustible casi agotadas, el capitán Bowers pudo aterrizar en la base Pope. Su primera acción en tierra consistió en dirigirse a la oficina del jefe de escuadrón para decirle que los OVNI eran algo real, que posiblemente eran hostiles, y
Sin embargo, la superioridad de los objetos desconocidos parece ser que no es absoluta: la iniciativa de destape de información denominada "Project Disclosure", encabezada por el ex-médico de urgencias Steven Greer, ha dado a conocer al público el testimonio de varios pilotos que afirman haber derribado OVNIs con sus armas.
El cabo de marina John Weygandt, uno de los testigos entrevistado por Greer para posibles vistas ante el congreso de los Estados Unidos, declaró haber participado en las labores por recobrar un objeto de gran tamaño (veinte metros de largo por diez de ancho) que había sido derribado por elementos de la fuerza aérea peruana en 1997. Weygand recibió órdenes de resguardar el lugar de la colisión con un destacamento de marines.
El objeto había chocado contra un peñasco y se había incrustado en él, dejando a su paso un líquido viscoso de consistencia parecida al jarabe, pero de color verde violáceo. El objeto emitía un sonido "parecido al de un amplificador después de que se desconecta una guitarra eléctrica", según Weygandt, un zumbido que se redujo en intensidad a la par que el objeto dejaba de funcionar. A pesar de haber realizado la misión encargada, Weygandt fue blanco de hostigamiento por un teniente coronel que le hizo firmar documentos mediante los que se comprometía a nunca hablar del asunto. El cabo interino guardó silencio hasta el 2001.
Otro participante en el destape OVNI, el sargento Clifford Stone, mundialmente reconocido por sus investigaciones en torno a las operaciones de rescate "Moondust/Bluefly" de los EUA, actualmente manifiesta no estar sorprendido por estos relatos: "los OVNIS representan una tecnología falible, hecha por criaturas tan falibles como nosotros mismos". Prueba de ello, agrega Stone, “lo son los aparatos no terrestres derribados accidentalmente por sistemas de radar en tierra.”
El objetivo principal del Dr. Greer y sus esfuerzos destinados a que el gobierno de EUA celebre vistas sobre el fenómeno OVNI tiene que ver con la militarización del espacio y los proyectados sistemas antimísiles. "Se nos ha informado", declara Greer en su ponencia, "Que el susodicho programa "Guerra de las Galaxias" (Star Wars) realmente tiene por mira encubrir el desarrollo de un sistema bélico diseñado para rastrear y destruir aparatos de procedencia extraterrestres mientras que estos se acercan a
Citando al padre de la astronáutica como la voz más estridente contra el militarismo espacial, Greer añade: " Nadie menos que Wernher Von Braun advirtió, en su lecho de muerte, sobre la locura de tal proyecto, sin que sus palabras hayan surtido ningún efecto aparente". Parece ser que en 1974, el doctor Von Braun advirtió a su ayudante,
Pero estos sistemas defensivos que tanto temía el doctor Von Braun siguen su desarrollo a un ritmo acelerado, sobre todo después de que el gobierno de los EE.UU. anunciara en diciembre de 2001 que se desvinculaba del tratado de mísiles antibalisticos (ABM, por sus siglas en inglés) firmado por los presidentes Richard Nixon y Leonid Brezhnev en la década de los '70.
Quince años antes, en 1985,
Pero la investigación no se ha circunscrito a los mortales rayos de energía dirigida: el Lanzador Electromagnético Thunderbolt, uno de los conceptos para un "cañón electromagnético" producidos bajo SDI, tiene el potencial para disparar proyectiles a una velocidad en exceso de
El Proyecto Disclosure pide, por último, que "se haga cumplir la veda sobre las armas en el espacio, y prohibir el rastreo de cualquier objeto extraterrestre, puesto que dichas acciones son injustificadas y pueden poner la especie humana en peligro". En vista del afán militar del régimen de Bush, y su falta de miramientos en cuanto al desarrollo de sistemas bélicos avanzados, las esperanzas son pocas.
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